La relación de jugadores que han vestido las camisetas de Deportivo Alavés y Barakaldo es extensa. Recuerdo un par de ellos ahora, botón de muestra de un patrimonio común que une a dos clubes por lo demás poco propensos a compartir cosas.
El primero de ellos debutó en el Glorioso cuando era obligatorio alinear dos jugadores sub-20 en los clubes de Segunda División. A Aranguren le costó dar con una pareja de jugadores que mereciesen, a su juicio, estar más de un minuto sobre el césped. Al club le costó alguna que otra multa el que Txutxi cambiase nada más empezar el partido a los dos pipiolos, arriesgándose a tener que "comerse" cualquier lesión que pudiese surgir y cerrando cualquier posibilidad de cambio táctico. Con un Urretxo titular indiscutible, que no era sub-20 por pocas horas, Aranguren acabó confiando en Gregory, un centrocampista, y en Sandino, un delantero largo, hombre de área que se ganó la oportunidad de jugar en el primer equipo brillando en el inicio de la temporada con el filial. Sandino no llegó a asentarse en el Glorioso, aunque sí que terminó siendo un hombre importante, pasando los años, en el Barakaldo.
El otro jugador es Juan Angel, un lateral derecho menudo, que jugó una campaña nada más en el Alavés, y que era el único jugador que, por aquellos tiempos de la Segunda B, solía llegar e irse a los entrenamientos con traje. Juan Angel vivió uno de los momentos agridulces de los que está llena la historia albiazul, pero vestido de aurinegro. Era el último partido de la temporada 83-84, y el Alavés necesitaba ganar para subir a Segunda, en su primera temporada de la historia en Segunda B, cuando este categoría contaba con dos grupos nada más. El Barakaldo, enfrente, luchaba por no bajar, con Juan Angel en sus filas. Los albiazules acabaron ganando el partido por 3-1 y, durante unos minutos, parecía que los dirigidos aquel año por Naya iban a subir a Segunda, ya que el Logroñés no conseguía ganar a Osasuna Promesas. Un gol en el descuento de los riojanos acabó dando la victoria y el ascenso a los rojiblancos, que acompañaron al Sabadell a Segunda. El champán no llegó a abrirse en Mendizorroza, que hubo de esperar once años para ver un ascenso de su equipo a Segunda. Juan Angel se fue a Tercera y, años después, se vino para Gasteiz, donde llegó a jugar un fallido play-off de ascenso a Segunda.
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