Este miércoles toca Copa. El indulto federativo a la campaña desastrosa del pasado año, permitiendo al menos que el equipo juegue Copa del Rey, nos da la ocasión de llegar a ver algún equipo de superior categoría este año en Mendizorroza, lo que supone siempre un aliciente para los aficionados y una prueba para ver de qué pasta está hecho el equipo.
El camino para llegar a este eventual enfrentamiento contra un equipo LFP de los buenos no es fácil, y sí largo. El criterio de proximidad geográfica ha evitado a los de Natxo el tener que ir a jugar a la base española en la Antártida, dejando el primer viaje nada más que hasta Valencia, a jugársela contra el Catarroja. La segunda eliminatoria, si es que pasamos la primera, será en casa, ante un equipo aún más lejano, pero, y proximidad geográfica obliga, de Europa continental.
El Glorioso que llegó a semifinales de Copa y ascendió (Foto L&P) |
A la Copa se le llama el Torneo del KO, aunque se podría llamar perfectamente el Torneo de Esopo, o de Samaniego, por la reacción que suelen tener los equipos cuando son eliminados, que es lo de decir que "lo importante es la liga, y mejor evitar distracciones", lo que traducido al lenguaje poético equivale al "están verdes" que decía la zorra de la fábula cuando no conseguía alcanzar unas uvas que estaban más altas de donde conseguía llegar con sus saltos. Por si acaso, ninguno de los equipos que hace este discurso decide, a priori, no inscribirse en el torneo.
Por si sirve de algo, acabaré reseñando el resultado de la encuesta
que hemos tenido los últimos días en la web, en la que se preguntaba si
el equipo debería de forzar en la competición copera. Un 90% de las
opiniones recogidas han sido afirmativas. Así que, metidos en gastos, toca ir a por todas en la Copa, una competición que ha tenido al Glorioso como semifinalista en dos ocasiones en los últimos años -con bastante poco aprecio por parte de la ciudad, todo sea dicho- y que nos puede permitir el que sea mayor el número de jugadores con minutos y ritmo competitivo, lo cual ya haría por sí solo que mereciese la pena el jugarl.
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